sábado, 12 de noviembre de 2011

Dela, ya no te soporto


La primera semana que Dela durmió en mi casa fue divertido, te acostumbras al olor, ayudas a Erin a coletear en las mañanas con desinfectante, si trata de romper algo la empujas con amor…. Ya todo ese amor y paciencia se acabó. Convivir con ella es darte cuenta de qué tan malcriada es; más frustrante aún cuando te das cuenta que es un rinoceronte y siempre tiene la última palabra o cuernazo. Esa semana de “amor” nos dimos nuestro primer beso; nunca había pasado porque no tenemos la mejor relación del mundo (ella sabe que mi corazón es de los rinocerontes blancos). Sucedió un día que estábamos disfrutando todas de la tarde en el jardín, vino y subió su cabeza hacia a mí. No entendí que quería hasta que me dijeron que eso era lo que buscaba.  Nuestra relación ha escalado.


Todo parecía amor hasta un domingo por la noche cuando los padres irresponsables no buscaron y cortaron suficientes ramas para la cena. A las 2am un grito profundo: “DELA NOOOOO” nos despertó a todas. Jessie pensó que habían llegado los cazadores, yo pensé que Dela había matado a Erin. Cuando salimos de nuestros cuartos con el corazón en la boca, resultó ser que Dela por accidente casi mata a Erin, quien lloraba histéricamente de arrechera. En su ataque de malcriadez por hambre, Dela trató de montarse en la cama de Erin, apoyando su patas delanteras y unos 200kg en las piernas de Erin, menos mal la cama cedió y se rompió. Logramos arreglar la cama y coletear un poco para darnos cuenta que Erin habría podido perder las piernas fácilmente. Después que botamos a Dela de la casa por su comportamiento inaceptable, se puso aún peor. Rompió la reja y el banco del jardín (no sabemos cómo) y se fue a comer por ahí. Cuando volvió, trató de romper la reja la entrada de la casa. Todo un dulce de guayaba ella ¿no?. Erin durmió unas 2 horas en total esa noche. Lo que es el amor por los hijos, sólo una madre se la cala. Yo me acosté a dormir. Erin la ignoró por 2 días y ella nos jaló durante 3. Fue la peor pelea que han tenido hasta el momento.

Semanas después Jan, en un ataque de genialidad, nos dio la solución. Pusimos una plancha de madera en nuestra ventana para que no pudiera romperla y rodeamos la cerca con matas de gruesas espinas. Las espinas no le hacen daño a Dela pero al menos la mantienen a raya. Sigue viviendo en el jardín pero al menos ya se queda afuera como un buen perro guardián.  Ya rompió la tabla de semillas de los pajaritos, la reja de la puerta y otro banco perola reja aún resiste. ¡Ja!.

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