lunes, 21 de noviembre de 2011

Dos pasajes aéreos.


Hace un par de semanas un reconocido profesor de la conservación de vida salvaje nos contactó para incluirnos en una de las iniciativas más ambiciosas: reintroducir leopardos en Malawi. Sin mucho saber que estaba ocurriendo realmente nos empezamos a preparar para todo el asunto.  ¿Malawi? Sí, es para una reserva privada. Nadie hacía muchas preguntas y todos obedecíamos porque el jefe decidió que los leopardos iban para Malawi y a su ego no se le hacen preguntas. Sabíamos que era algo grande por la cantidad de instituciones y personalidad incluidas en el asunto pero hasta ahí llegaba la cosa.

Semanas de gritos de mi jefe, mover a los leopardos al área de cuarentena, emails para acá y para allá, millones de permiso y 3000 fotos después documentando todo el proceso estuvimos listos para enviar 2 leopardos (hembra y macho) a Malawi. Todo un éxito la operación. Los leopardos permanecieron 1 semana en un área de cuarentena para luego ser liberados en su nuevo hogar. Desde entonces, todos los días, me toca seguir sus movimientos en base a los collares satelitales que tienen. No se preocupen, no soy tan importante, en Malawi tienen a alguien más designado para esta misma tarea.  El macho fue liberado antes que la hembra y no parecen haber cruzado caminos desde que se les abrió la puerta del nuevo hogar. La esperanza de todos es que haya cachorros para determinar así el éxito del proceso.

A las dos semanas unos de los miembros de la operación (no estoy segura de su cargo), vino a nuestro centro y pidió hablar con todos nosotros. Éste hombre, cuyo nombre no recuerdo, vino a darnos las gracias. Darnos las gracias por lo que habíamos hecho, seguro que no comprendíamos lo que habíamos logrado.

MWR es un proyecto de repoblación de vida salvaje que empezó en el 2003. Para ese año, en 75.000 hectáreas, sólo pudieron contar 30 animales, incluyendo warthogs (pumbas) y duikers (marulas). En términos normales, esto fue una ridiculez preocupante. Desde el 2003 entonces un grupo de conservacionistas decidió entonces dedicarse por completo a la comunidades, aquellas mismas que exterminaron a los animales, y hacerles comprender la importancia y el beneficio de proteger la vida salvaje. Habiendo cercado por completo la reserva, casi 10 años después, ésta iniciativa da empleo a más de 2500 personas que protegen radicalmente a todo ser viviente que allí habita. Desde principios del nuevo milenio elefantes, búfalos, antílopes sables y rinocerontes negros entre otros, han sido reintroducidos en el área con éxito, ahora es el turno de los depredadores. Fue aquí cuando se dio nuestro rol en esta partida pues MWR está lista para reintroducir leopardos. Por suerte para finales de Septiembre, teníamos ya en el centro 1 pareja de leopardos “problema” para los que no habíamos podido encontrar un hogar.  Ahora, a finales de Noviembre estaremos listos para enviar a los próximos dos.


 “I don´t think you realize what you´ve all done here. You’ve helped us reintroduce wildlife in a place where they’ve been extinct for over 20 years”. Wow. ¿De verdad hicimos eso?. Todos esos emails, esas fotos, esos recibos y esos gritos valieron la pena en el instante en el pronunció esas palabras.  Ojos aguados y pelos de punta creo que todos nos sentimos orgullosos de nosotros mismos y lo que habíamos logrado. No, nadie nos había recalcado la importancia de lo que hicimos y lo que habíamos logrado todos juntos como un equipo. Un granito de arena, un leopardo a la vez, hicimos una diferencia en la conservación de la vida salvaje. No es una historia que saldrá en Natgeo o en Discovery pero es una historia que nos llena de orgullo porque sabemos que somos parte de ella y que estamos haciendo una diferencia en el mundo.  ¡Ja!

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