lunes, 25 de febrero de 2013

Perfect Weather for Hippos.


Hay una expresión climática que dice “perfect weather for ducks”. Aquí, debido al sitio donde vivo, cuando el clima es una mierda para los humanos, decimos que es “perfect weather for hippos”. El verano mojado continúa. Más nos acercamos al final de Enero, más apocalipticos se vuelven en el lodge. Nuestra vida se mide ahora en milímetros de lluvia. Más de 10 y es un desastre. Hace un año exctamente el río Sabi, ayudado por un ciclón, se tragó al lodge entero. Se lo tragó tan entero que tuvieron que evacuar a todos los huespdes usando helicópteros porque no habia manera de salir de la propiedad por los caminos de tierra.


La mañana del 18 de enero Accuweather no preveía mucho sol para el resto de la semana, el falso optimismo fue la regla día. Después de una lluvia intermitente Jono, Kyle y yo decidimos que no ibamos a dejar que la lluvia dictara nuestra vidas y nos fuimos a una parrilla con los rangers de la propiedad de al lado. Siempre es bueno socializar, salir de aquí y ver gente nueva, que además te cae bien porque no vives con ellos. Nos burlamos de las hienas que se resbalaban en el barro y comentamos qué tan cansados estabamos del clima temperamental. Entre bromas y risas, la lluvia aumentó intensidad y a las 11pm decidimos que era hora de volver a nuestro hogar, antes de que todos los caminos se inundaran y el rio nos llevara dentro del “maroon baloon”, el kia de Jono, el cual, a pesar del nombre, no flota. El 18 de enero –un año exacto de la fecha del inicio de la gran inundación- empezó a llover. Y llovió. Y llovió. Y siguió lloviendo corrido al 19. El 19 nos levantamos mojados. Mi baño se inundó y el agua se expandió por todos lados. Tuve que usar una escoba para sacar el agua que queria comerse todas mis posesiones materiales.

El 19, a eso de las 8am declaramos nuestro estado de emergencia. Si el río sigue subiendo hay que empezar a pensar en evacuar a la gente. En las contradicciones gerenciales de este sitio, al mismo tiempo que caia la paranoia de cómo evacuar a la gente, todo el equipo de rangers y trackers fue puesto a disposición para traer y llevar a toda la gente que tenia que ir o irse del lodge. No hay nada más ladilla que manejar un carro con techo pero sin paredes bajo la lluvia. Por horas. Bajo presión todo funciona bien. Bueno casi todo. Hubo ciertas pérdidas materiales (un radio y la puerta de la land rover), pero considerando todo lo que manejamos, la velocidad y el nivel de agua, la operación fue todo un éxito. Anotado en mi corazon sin embargo, quedo el hecho que después de todo el día manejando y trayendo gente, ni las gracias nos dieron. Ingratos.

A eso de las 4pm la lluvia estaba en su apogeo. Habiendo ido a buscar huéspedes en un hotel afuera de la reserva, no tenia muchas expectativas de poder cruzar el río de vuelta. A mi vuelta, a pesar de que el río estaba más bajo, ésta fue mi vista:


Al llegar de vuelta al lodge la primera pregunta que hice fue “do we still have a river deck?” Nuestra terraza del río, donde los huéspedes se divierten durante el día (porque sinceramente no hay nada mas que hacer si no estás en safari), ha sido una importante fuente de preocupación. Con menos de 8 meses de edad, el lodge entero estaba dividido ante la suerte de su destino.

Claramente, the deck didn’t make it. Bravo por los que nunca tuvieron esperanzas.

Después de todo el amarillismo, dos días mas de lluvia y sin poder manejar por la mitad de la reserva, todos sobrevivimos. El nivel del río bajó y los hipopótamos volvieron al agua. Tres días después, cuando logré cruzar hacia el oeste del río, me sentí como una exploradora, curiosa ante todo lo que el agua se había llevado y había dejado. Nada para sentirse mejor que verse envuelto en la grandeza de un área nueva, pero vieja para volver a descubrirla entera.