A veces las novelas se ven por
televisión, a veces se leen, a veces se ven en huellas, a veces se ven en
piezas que se conectan. El punto es.. una novela siempre encanta porque a
cualquier nivel es un chisme muy bueno.
En mi caso, las novelas de la
gente me aburren porque siempre terminan en un cuento de mucho alcohol y drama.
Las novelas naturales son mucho más interesantes porque es como un best-seller.
Hay sangre, dolor, drama, muertos, vencedores, y un montón de suspenso.
La mejor novela de la que he
sido espectadora durante los últimos meses, ha sido la novela que han
protagonizado los leones del sur de Sabi Sand, la llamada “Southern Pride” (la
cual seguiré llamando en inglés porque suena más caché pues).
La Southern Pride fue en algún
tiempo, una de las manadas de leones más grandes de la zona. 18 leones en
total, entre hembras, cachorros y el señor
de todos ellos “The KNP male”.
Hace un par de años él y su hermano tomaron posesión de ésta hermosa área,
pero yo no estaba aquí para contarlo. Antes de mi llegada, y en circunstancias
dudosas, su hermano estiró la pata y KNP se quedó con todo: la tierra, las
hembras y los cachorros. Nuestra vida de rangers fue fantástica hasta ese
momento pues no había huésped que se fueran sin ver a la gran manada. Hay que
admitir que llegar a un sitio y ver de entrada a casi 20 leones, viéndote,
influye netamente en las descargas de adrenalina de casi todos los huéspedes.
Life was sweet indeed.
Un día como cualquiera, una
llamada de radio inesperada dio pie a una serie de eventos que jamás habríamos
imaginado.
“Stations, I’ve got nkonzo
(huellas) for 2 madoda (macho) ngala (león) going South on Jackal Flats”.
Lo que todos pensamos fue:
¡¿Ah?!.
Al día siguiente conseguimos a
estos dos extraños leones machos comiéndose una jirafa. Luego de usar medio
digitales fieles como Facebook, establecimos que los intrusos eran los
Eyrefield males, provenientes del norte de Sabi Sand. Un poco extraño que estos
jóvenes estuvieran al norte de nuestra propiedad, cuando KNP estaba al sur. A
KNP le tomó 2 días darse cuenta que habían individuos nos gratos en la zona y
finalmente hizo una aparición, botándolos de la cena, y apoderándose de la
jirafa.
Poco se imagino KNP que ellos
habían sido sólo el comienzo de sus problemas. Luego del encuentro con los hermanos
Eyrefield, diferentes encuentros no pacíficos fueron documentados entre estos 3
leones. KNP volvió nada al más joven de los Eyrefield, pero el más viejo le
salvó la patria al hermano. Luego de éste encuentro fortuito, KNP se dio a la
fuga y durante semanas no hubo ni media huella de él. Se escondió en la sabana, quien sabe
donde, para recuperarse de sus heridas. Las leonas se fueron al Norte, sólo 4 se
quedaron cerca del río Sabie. Las demás hembras, leonas como son, empezaron a
aparearse con los hermanos Eyrefield, al mismo tiempo que volvían bajo el ala
de KNP, luego de sus escapadas de “amor”. Si hay cachorros, ninguno va a saber
quien es el padre – esa es la idea.
Los Eyrefield cantaron victoria
y rugiendo todas las noches, se proclamaron nuevos dueños de éstas tierras.
Pero… what goes around, comes around. Tres leones más, vinieron desde el sur a
echarle un vistazo a la zona y también les gustó. Los machos de Hilda’s Rock pride,
también están aquí para quedarse (y para comerse a nuestras jirafas).
En algún momento fue difícil
conseguir leones machos, cuando KNP andaba por ahí echándoselas, posando para
otras propiedades. Hoy en día es un reto conseguir a alguna leona, y no quedan
cachorros; lo que hay es machos en búsqueda de territorios.
Un día cualquier sin embargo,
luego de dos meses de ausencia, encontré un león echado patas pa’rriba en el
medio del camino. Unas cuantas cicatrices más y un poco más asustadizo, estoy segura
que todos tuvimos una sonrisa en la cara cuando al preguntarme por el radio:
“Have we got a an ID on that male?”, mi respuesta fue “Yes, it’s the KNP male”.
Lo primero que pensé fue: HE’S BACK!.
Así de nuevo empezó el drama. Cuando todos pensamos que KNP se había dado por
vencido volvió para reclamar lo que es suyo. Rugiendo desde extremos diferentes de la
propiedad todos estos leones reclaman un territorio sin dueño definido. Ahora
sólo nos queda ver quien prevalecerá.
¿Quién necesita E!?. Superen
éste drama Kardashians.
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