A pesar de todo esto, hay 2
leopardos a quienes amo. Sí, leyeron bien, amo. Ellas son Scotia y su cachorra.
Desde la primera vez que la vimos en febrero, sólo la he visto con su cachorro
un par de veces más. Por algún motivo u otro transcurre mucho tiempo entre cada
uno de nuestros encuentros. Creo que es porque nos caemos bien y sabemos que el
amor permanece.
La cachorra ya aprende. Al
principio, supongo que para ella fue horrible vernos, a pesar de que mi corazón
la quiso inmediatamente. Cada vez que alguien la veía, su cara de terror era
única. Poco a poco, después del esfuerzo y paciencia, la hija de Scotia no nos
para ni media bola. Cada tanto, cuando viene el huésped que se las da del que
sabe la movida y preguntan “Do you know this leopard?” Yo siempre respondo:
“Yes, she’s our little super star”.
Así fuimos progresando. Durante
meses, sólo una land rover a la vez y nada de verla de noche. Seis meses
después, a eso de 8 meses de edad, la pequeña hija de Scotia puede ser vista de
noche y sin su mamá. Esto es algo asi como la lotería. Tan joven y tan fotogénica, nos hace la vida
más simple.
En uno de esos encuentro
nocturnos, justo en las afueras del lodge, Scotia y su hija habían encaramado
un venadito que se estaban comiendo. Después de mucho esfuerzo y de 2 días
comiendo, la enana metió la pata y se le cayó el venado para el piso. Las
hienas, más oportunista que nadie, estaban en las cercanías a la espera de este
preciso momento. Se robaron la comida y luego empezaron a aterrorizar a madre e
hija. Bueno, madre, la hija se siente muy valiente a veces y nos da ulceras. En
esta ocasión, sintiéndose valiente por la luz del foco, decidió acercarse mucho
a las hienas, quienes rondaban el árbol. Hienas y leopardos no se llevan bien;
si hay oportunidad de deshacerse de un leopardo y tener uno menos en el mundo,
tengan por seguro que las hienas prueban su suerte. Cuando la vi bajando, y las hienas tan cerca mío,
decidí que era hora de irme. Llame a JP por el radio y le explique la situación
y decidimos “cerrar el sighting”. Scotia
y su cachorra tienen que lidiar con esa situación sin ayuda externa. Además, y
más importante, yo no quería ser la razón o la culpable de la muerte de la bola
de pelo más querida de todo el sur de Sabi Sand. No señor. Me fui. Pocos días
después fueron vistas nuevamente, las dos vivas y coleando.
Pocos leopardos tienen un club
de fans tan fieros, en barra, rogando que llegues a ser adulta. Todos queremos
verte crecer durante los próximos dos años.
Y a la hija de Scotia no le van a poner nombre???
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