Cada vez que uno se mete en un
paquete nuevo es bueno dar algunas explicaciones. Estoy convencida que mi
familia y más cercanos amigos no tienen idea de qué estoy haciendo aquí. A
decir verdad yo a veces tampoco estoy tan segura, pero lo mío es más por
motivos existenciales a largo plazo.
Mi trabajo soñado es el de
rehabilitador de fauna/animales salvajes. Pero como dicen los Shangaan que lo
ven claramente en las ramas del árbol Phasa Mala, el camino de la vida nunca es
derecho, va siempre en zigzag pero siempre hacia delante (al menos eso). Yo
estoy tomando un desvío. Un desvío que me lleva a FGASA.
The Field Guide Association of
Southern Africa (FGASA) es el paquete en el que me metí. Ésta asociación “sin”
fines de lucro es la que rige el estándar de calidad de todos los rangers o
personas que deseen dedicarse a vivir llevando a gente en safaris, sea en carro
a pie. Dentro de ésta asociación hay unas quinientas calificaciones diferentes
que pueden obtenerse, presentando exámenes teóricos y prácticos. Lo exámenes
teóricos están llenos de desperdicio de memoria ram, mientras que el
conocimiento práctico es el que me va a salvar cuando me tropiece con una
manada de elefantes. Lo siento, le perdí el respeto a la educación formal y
teórica luego de ver lo que la universidad fue capaz de hacerme.
Durante 6 meses el plan es
obtener ciertas calificaciones claves para que alguien me quiera contratar en
éste país y me deje vivir un estilo de vida del que me he enamorado, cerca de
seres que no han logrado dejar de maravillarme. Para lograrlo estoy en clases
de la sabana. Todos los días, por 6 semanas seguidas, salimos a las 7am a
manejar. En las mañanas aprendemos de huellas y de cómo rastrear a un animal,
después aprendemos de árboles y pájaros (¡puaj!) y después de mamíferos. A
medida que las semanas pasan, la presión por aprendernos los caminos es mucho
mayor (100km de camino, solamente), tengo clases sobre animales en específico y
exámenes que pasar, tengo que aprender a hacer un discurso explicativo sobre lo
que sea en inglés – cosa que se complica cuando hay 8 voces de idiomas
distintos en mi cabeza. Las primeras 3 semanas no logré dormir. Me levantaba a
las 2-3-4am, desvelada. La teoría de Astrida es que mi cerebro está sufriendo
una sobredosis de conocimiento y aprendizaje. Seis semanas después estoy tan
cansada que no hay información que logre desvelarme.
Yo quiero ser un nivel uno por
lo tanto a niveles de “status”, al ser un trainee (wannabe) ranger soy lo más
bajo en la escala. Presento mi examen en Julio. Deséenme suerte.
Aparte de mi entrenamiento de
ranger, después de ganar confianza y perder todo el respeto, Allan –mi
“mentor”- decidió ofrecerme un curso especial, sólo para mí. Este curso debería
hacer toda la diferencia en mi vida. Según él, estoy completamente loca por lo
que no hay hombre sano que pueda casarse conmigo. A pesar de haberle contado
que mi exnovio puso sobre la mesa alguna vez esto y propuso, Allan no me cree. Yo necesito un curso para convertime en un "catch". Peleo por todo, rebato lo que no me convence por lo que sería una terrible esposa, no hago buen café y hablo demasiado. La misión de Allan es ahora
pues, recibir en algún momento, una carta de agradecimiento de mi (pobre)
futuro esposo, por haberme entrenado y haberme hecho más soportable, más
callada y con mejor café.
Yo me río.
Yo estoy en la cima de la
montaña ya.
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