En la mayoría de los equipos de
rangers existe siempre alguna clase de prueba que cualquier novato tiene que
superar para ser considerado un ranger de verdad, para entrar en el equipo,
para conquistar honor y gloria. En algunas reservas ésta prueba consiste en
pasar todos los exámenes internos, en otras te sueltan en el monte y tienes que
traer un impala de vuelta al lodge, usando sabiamente la única bala que te dan,
y en otras, la prueba es a la paciencia y condiciones físicas. Seis meses más
tarde de lo previsto, al haber cumplido mi primer año como ranger, mi jefe
decidió que había llegado el momento de tratar de conquistar mi "name tag". Para
conquistar dicho pedazo de plástico y metal, que va en mi camisa para que todo
anglosajón piense que mi nombre es cerveza (léase “ale” en el idioma inglés), tengo
que hacer un “boundary walk”. El tracker maneja a cierta distancia tuya y no
puedes dejar que nadie te vea. Las reglas son simples, tienes que ser
invisible. Visto desde un mapa, la cuestión suena bastante simple; caminar los
cuatros caminos límites de la propiedad. A primera vista, esto no suena tan
mal. Sólo tengo que recorrer 4 caminos. Cuatro caminos que determinan 4000 hectáreas.
Cuatro caminos que van alrededor de toda la reserva. “Son sólo 4 caminos”. Mi
mamá todavía se ríe. Son sólo 4 caminos que se traducen en veintiocho kilómetros (ó más, no estamos
seguros), o en 28.000 posibilidades de toparse con alguien o algo que probablemente
no me quiera ahí. Veintocho kilómetros habrían entonces de recorrer estos pobres
pies venezolanos en suelo sudafricano, sólo para conquistar algo básico y vital
de todo ser humano: el propio nombre.
Cómo se preguntaba Shakespeare "what's in a name?. La verdad que para mí no
mucho. Yo era muy feliz pasando de incógnito. “The girl ranger” era un nombre
suficientemente bueno para mi. Que nadie supiera como se escribiera mi nombre
me hacia sentir Batman, con una doble personalidad. Ale en Caracas, Allie en
Sudáfrica.
Durante meses me tuvieron en
psicoterrorismo de todo lo que podría pasarme al hacer mi caminata, al punto
que, lo confieso, me daba un poco de terror enfrentarme a la sabana africana,
yo sola, por tantas horas. El piscoterrorismo aprendí sin embargo, funciona
mientras sea corto. Una vez que te lo alargan tanto la verdad es que solo te da
fastidio tu próxima misión. Debe ser que por eso 007 tenía éxito. Le dicen qué
hacer y va. No hay que pensarlo mucho. Por eso, después de pensarlo tanto, me
aburrí y sólo quería salir de eso.
La caminata entonces empezó una
mañana a eso de las 5:45am, después de que lograra robar un poco de fruta para
comer en el camino. Poco sabía entonces que con una sola manzana habría sido
suficiente. Una de las reglas consistía además en llevar 6 cervezas en el
morral. Casualmente siempre que me toca a mí hacer algo, salen nuevas reglas y
condiciones que “por suerte” a los demás nadie le dijo. Puede que yo no las
haya llevado, puede que las haya dejado en el carro.
Al principio de mi caminata hay
pánico, hasta que ojos, oídos y nariz se acostumbran y sumergen en el paisaje.
Voy caminando felizmente. Esto va a ser bueno. El día está nublado. La temperatura
está perfecta. Escucho leones. Deben estar en el camino paralelo a este. Veo hienas.
¡Ay! Los leones seguro se andan comiendo algo. Veo unas hienas. Cazzo. Escucho
un carro. Salgo corriendo y me lanzo detrás de un árbolito. Es Kenneth. Ajá
mijo, deja de hablar de las hienas y vete. Kenneth se va, vienen mas hienas.
Una, dos, cuatro, diez. Epa. Lo que me faltaba que no seas los leones que me
acechan sino las hienas. No tengo tiempo para esto. Me volteo y les lanzo una
piedra. Adiós.
Veo unos monos. Veo los árboles
moverse. Esos no son monos, escucho un familiar “THUMP”. Entre la pared de esta
selva y yo hay un elefante. La verdad no me provoca quedarme a
averiguarlo. Camino por zonas que jamás
había visto antes. Lugares bellísimos. Sigo caminando, evadiendo a más
elefantes que parten las ramas de los árboles mientras comen.
Noel, mi tracker me llama por el
radio.
“Allie, allie please come in”
“Standing by Noel”
“Nothing, just wanted to check
if you were still alive”
Me senté a reírme. Hay que
quererlo. Realmente preocupado por mi, me llama por el radio para asegurarse
que esté viva. Noel está indignado con este “bullshit walk” que me mandaron a
hacer. Él está arrecho. Él no quiere que yo lo haga. Él está tan arrecho que me
sube el ánimo. Seguimos.
Hay algo exhilarante en los
actos vandálicos que no tienen razón de ser. Sentir que rompemos todas las
reglas y que jamás nadie lo sabrá, es delicioso. Esto sentí cuando me cambié a
pantalones cortos en el medio del camino que nos divide con la otra reserva. No
pretendo caminar con estos pantalones largo enchumbados ni un paso más. Jamás
he sido nudista, pero rebelde sin causa, siempre.
Veinte minutos después de que
Noel me diera la cola a través de una manada de elefantes que andaba en el
camino (establecido en la reglas), llego al camino principal que compartimos
con otros lodges. He aquí la situación. Si me ve alguien de otro lodge me sabe
a real casabe, el nuestro bueno, me tiro al monte. Claro que tenia que pensar
eso para escuchar un carro acercarse a toda velocidad. Me lanzo de clavado
entre las acacias y me agacho. 30 segundos después pasa Dumay con sus
huéspedes. Por favor que no vean hacia la derecha porque me cachan. Pasaron de
largo. Uff. Me sentí como un leopardo. En esta jungla es bastante fácil.
Continuemos. Me paro en el letreo del lodge. Son las 7:45. Voy por la mitad.
Mierda me falta la otra mitad. Odio este camino. Esta estúpida caminata. Estoy
aburrida. Tengo ampollas. Se me mojaron los zapatos y están llenos de granos de
arena. Cuando llegue a la puerta principal me paro. Necesito sentarme. A las
820 tengo que llegar a esa puerta. Una vez que llegue ahí, los próximos 8km son
en bajada. “Sho, I’ve never seen a strong mfazi like you” – dice Noel. Hay que
quererlo más. No se si miente o no, pero su buen humor me da ánimos. Camino.
Camino. Camino. Más elefantes. Me monto en el carro, los pasamos. Encontraron a
los leones en el camino del río. Syd está preocupado. Todo el mundo ha llamado
a Noel por el radio. No dejes que camine por ahí le dicen a Noel. Me bajo
nuevamente y seguimos. Todo lo que veo son huellas de búfalos. No me encantan
los búfalos. La hierba es más alta que yo. No veo nada. De verdad que no quiero
tropezarme con un búfalo. Me tropiezo con un hipopótamo fuera del agua. Los dos
corremos en direcciones opuestas. Sigo caminando. De aquí vinieron los leones.
Veo las huellas de los leones que siguen a los búfalos. Ah bien, típico que me
consigo un búfalo histérico porque los leones están tratando de comérselo.
Me tropiezo con más hipopótamos.
Finalmente me acerco al área donde
creemos que están los leones. Me monto en el carro. Literalmente hay que
fastidiarlos para que salgan del camino. Me habrían comido sin duda alguna. 20
minutos más y llego al lodge. Noel trata de llamarlos por el radio para
decirles que estoy por llegar.
Llego al final. Al sitio donde la
gente te espera para decirte que se acabó tu tortura. Llegó allí y… no hay
nadie. Me duele un poco el corazón, hice la caminata porque a ellos se les
antojó y ellos no estuvieron ahí para mi final. Sigo caminando al lodge. Sólo
me queda llevar y dejar mi rifle. Es lo único que se interpone entre comida,
una ducha y mi cama. En ese orden. Esto lo hice por mi. Por demostrarme a mi
misma que sí soy arrecha, que una niña con un rifle es capaz de recorrer y
sobrevivir a la sabana africana. Esperemos que no salga un búfalo en los últimos
20 metros.
Al primero que me tropiezo es a
Ferdie. Ferdie que es como un papá viene corriendo. Agarra el rifle y me
abraza.
“Well done!! It’s finished now,
how are you feeling?”
“Finished haha”
Me ven bajando a la oficina. Syd
bate una las cervezas que cautelosamente puede que haya vuelto a poner en mi
bulto para evitarme problemas. Fondo blanco. Me dan mi nombre, me toman una
foto. Después de la cerveza viene la champaña. Después de la champaña viene el
banco cuando me acuesto porque todo da vueltas. Syd se apiada y me trae un
sándwich. Le dejo la mitad. Le mando un mensaje a mis 3: se acabó, estoy viva. Necesito
algo para las ampollas, buenas noches.
Casi 5 horas después terminé mi
misión. La verdad me divertí. Me gustó estar a solas con la sabana. Solas las
dos con nuestras tonterías y nuestro amor.
¿Viste papito? C’é l’ho fatta.
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