Siempre he pensado que de tener
un reality show 1-no necesitara guión, 2- tendría mucho éxito. Mi vida a veces
resulta ser una tragicomedia, una serie de eventos absurdos e irreales que
resultan cómicos por lo insólito. La gente se ríe y a mi me da gastritis. La
expresión de “el pato Lucas y yo” tuvo que haber sido inspirada en mi
forzosamente. Con la inminente amenaza de una posible entrevista de trabajo
–generalmente duran una hora- Allan decidió que era el momento de torturarme y
obligarme a aprender 94875689456 millones de cosas más y saber explicarlas, en
inglés. El inglés se me dificulta últimamente, después de 4 semanas sin nadie
que hable otra cosa, mi subconsciente se rebela y empiezo a pensar en 3 idiomas
a la vez. El resultado: papiamento. Ahora no sólo tengo que saberme todo los
usos medicinales de más de 50 árboles, si no que me tengo que enfrentar a mi
peor enemigo: las termitas. Toda África es conocida por sus enormes termiteros,
para los pobres diablos como yo que tenemos que aprender como se forman, qué
hacen, cuál es el rol ecológico, cual es la estructura social, no son tan
bonitas.. son un reto. Enorme. La verdad es que creo que me terminé metiendo
sola en éste paquete al decidir querer saber como funcionaban. Cómo funcionan
los termiteros NO será discutido en este post. Sólo sé que tengo que saber más
y más y más. No se como hilar todo de manera armoniosa, como pasar de un tema a
otro. Qué tan frecuente debo detenerme para hablar de algo que me parezca
interesante..
Me desvié. Volvamos al tema. Al
haberme obligado a aprender 84585546 millones de cosa, pues necesito saber
ponerla en práctica y explicarlas. Una tarde, un jueves, salí con Sly a
practicar. Las cosas iban bien. Sólo nosotros dos. Hablando de animales,
árboles rotos, manejo, etc. De repente Sly recibe una llamada. Por su tono de
voz y lo poco que entiendo de shangaan hay algo que no está bien. Después de
colgar entiendo. Sly y yo tenemos que llevar a una gente que viene por el día
en un drive. Mi primer safari. No estoy ni remotamente lista y me quiero morir.
Vamos a chequear con Allan. Sí, efectivamente. Una cosa de ultimo minuto, 7
personas. Tenemos que buscarlos en la puerta en 1 hora. Sly es mi Tracker y no
está feliz por como le hablaron. Sly está arrecho con la burocracia, cosa que
no ayuda a mis nervios. El patos lucas y YO.
Jack me pregunta que cómo me
siento. La verdad no siento nada. Éste es el tipo de cosas que siempre me
pasan. No estoy lista y de todos modos tengo que enfrentarme al dragón, sin
preaviso, sin saber como usar el radio. No tengo expectativas, solo espero no
ser un desastre. Todo está listo. Tomo medio segundo para respirar profundo y
tratar de complacer a los 7 ingleses en mi Land Rover. Creo que en algún
momento empecé a temblar.
Mi primera parada: un termitero.
Es ahora o nunca. Tengo que tratar de explicarlo y ¿qué mejor oportunidad que
con gente que no va a saber si lo estoy diciendo bien o no? Mi explicación no
fue tan terrible… lástima que después me di cuenta que les mostré un termitero
que en realidad estaba muerto.
Proseguimos. Nos topamos con la
manada de elefantes más grande que he visto en siglos. Estamos literalmente
atrapados en el medio. Empiezo a hablar. Uso el radio por primera vez para
informar que hay elefantes ahí para el que los quiera ver. Después de una hora
vemos un elefante mínimo. No puede ni estar parado bien. Mi corazón se derrite
para después congelarse en pánico cuando me avisan que dejé el radio pegado.
Por los últimos 5 minutos todo el mundo oyó todo lo que he dicho. Ok. Me muero
después. “·$$%$·&%$&. NI EL PATO LUCAS. Tengo que continuar. Sly me
empuja para que vayamos a ver a los leones. Gracias. Más radio. Con cualquiera
de los 5 grandes sólo se permiten 2 vehículos viendo al animal al mismo tiempo.
Tengo que ponerme en cola. Hay todo un protocolo del que no estoy muy segura.
Aleluya una gente me ayuda. Llego –usando la mocha del carro- a ver a los
benditos leones. Ya casi ni respiro. Los ingleses están sobre la luna. Es la
manada de leones grande que está por el área. Tienen cachorros. LA señora
detrás de mí empieza a llorar. “This is wonderful” dice. A mi se me arruga un
poco el corazón por ella. Que felicidad haber pasado por todo éste maní para
que ella se sintiera así. Me encantaría poder llevar a mis abuelos a ver esto
así.
Mis reflexiones no duran mucho
porque de repente el león y una leona deciden “hacer” más cachorros a unos 3
metros de mi carro. Creo que la risa fue general ante tan inesperado show de la
naturaleza. Finalmente es hora de irnos y nos paramos en medio de la sabana
para estirar las piernas y tomarnos algo. El ambiente es de relax. La verdad
que fui muy afortunada con esta gente. Un poco de suerte dentro de todo pues
son gente fácil de complacer y muy dulces.
Al dejar a mis clientes, unos
más rascaditos que otros, recibí besos y abrazos de todos. Todos están
sumamente felices. Quieren mandarle una carta de felicitaciones al Lodge diciéndole
cuanto me amaron. Uno de ellos me abrazó y me dijo “your parents must be very
very proud of you”. Yo me reí, quién sabe cuantos años pensó que tenía. Al
final del día tuve mi primera propina: R150.
Al llegar a la oficina:
aplausos, gritos, well done Allieeee!! Abrazos… y sin falta: la joda. “Allie
was so happy to drive she decided to share her drive with everyone”. Todo el
mundo se muere de la risa. Yo me aguanto las lágrimas. Siento la adrenalina que
baja. Creo que me he tardado tanto en escribir sobre este evento porque el sólo
recuerdo me da dolor de estómago.
¿Ven? Reality show.
Un par de amigos deciden que es
hora de celebrar y me invitan un par de shots. Jaggermeister. Lo detesto. Otros amigos me comentan que ellos también
han dejado el radio pegado por largos períodos de tiempo. Un par de gin and
tonics después nos damos cuenta. Hoy es 11 de septiembre. “You know what Allie?
You took your first game drive on the unluckiest day of the year and your
survived. Cheers, here’s to that” brindó Kyle.
Con una sonrisa en la cara, yo brindé por haber sobrevivido
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