domingo, 30 de diciembre de 2012

Leopardismo.


El término los “5 grandes” es un viejo término de cacería utilizado por los cazadores del siglo XIX, quienes decidieron que los elefantes, rinocerontes, búfalos, leones y leopardos son los animales más peligrosos para acercarse a pie. No está relacionado al tamaño del mismo, si no a su carácter. Cuando uno habla de safaris en África, siempre hay algún salido que pregunta: “¿y viste a los 5 grandes?”. La mayoría de los turistas no tiene ni idea de qué quiere decir, pero hay que engrandecerse y decir: “sí claro, yo vi a los 5 grandes” “¿y leopardos también?” “claro”.

En términos de turistas y rangers, el favorito de mucho es el “enigmático” leopardo. Solitario y oportunista , el leopardo es la sensación. Si vienes a un safari en África y viste 845984 elefantes, 89345843 rinocerontes (que por cierto están en peligro de extinción, no como los leopardos), 374657 leones y 894576845 búfalos, pero ningún leopardo, es cómo si no hubieras visto nada. Perdiste tus reales. Thank you and come again. Gracias prensa sensacional oportunista por hacer mi trabajo un poco más difícil cada día por un par de manchas.

En lo personal –a mí- me tiene podrida éste gato marico. Por culpa de los “fanáticos”, el leopardo –a mí- me enferma. Pocas han sido las personas con las qué he hablado que sufren –honestamente- de esa obsesión de saber qué leopardo es, de tener que encontrarlos, verlos y darles un nombre. A ellos yo los respeto porque pobrecitos, ya no hay nada que uno puedo hacer por ellos. Pero a los wannabe, a esos qué quieren ver un leopardo porque “es el más difícil de ver de los 5 grandes”, a esos que afirman en voz alta que aman apasionadamente a los leopardos, a esos que les gustan porque es lo “cool”... a esos no les tengo sino ladilla, por mentirosos, tontos y poco originales.

Pero no se preocupen. No sólo turistas sufren de la terrible enfermedad del leopardismo. Ésta es una enfermedad común entre rangers también. “Do we have and I.D?” Es la primera pregunta que siempre se hace por el radio cuando alguien pronuncia algo tan terrible como “I’ve got a madoda  ingwe (leopardo macho en shangaan) here”. ¡Qué no chico! A mí ya no me preguntan. “Negative, no ID”. Porque te vas a aprender todas las marcas del leopardo. ¿De verdad? Seamos honestos. De todos los leopardos que he visto aquí hay quizás 3 que son fáciles de reconocer, por su carácter y por manchas muy particulares en su casa. Pero esos son 3. En un espacio de casi 7000 hectáreas ¿nos vamos a caer a cuentos de que vemos siempre los mismos? Por favor. Mientras el leopardo sea relajado con los vehículos ¿qué importa si es Scotia o Warthog Wallow o Roller Coaster? A mí no me cambia nada y a ellos tampoco. Pero no, aquí el machismo ranger se mide en cómo inventar y convencerse que cierto leopardo es éste o ese y pasar 8 horas diarias buscándolos en la sabana africana. Quién más encuentra, es mejor. Apenas alguien consigue un leopardo, empieza el pandemonio. Siempre hay alguna pobre alma en pena (la mía incluida) que anda buscando conseguir algún leopardo por ahí, para que el safari de sus huéspedes haya valido la pena (a pesar de los otros 35 millones animales que hayamos visto). Si estás cerca, vas y siempre vas rápido, porque además de todo, los leopardos tienen la mala costumbre de aburrirse de la atención y meterse en áreas complicadas y densas en donde los vehículos no pueden seguirlos. Uno pensaría que serían un poco más agradecidos con las cámaras, pero no. Gato egoísta, típico. La última vez que me tropecé con uno de estos mininos, ella nos gruñó, atacó mi vehículo e hizo que rompiera uno de mis espejos retrovisores al intentar seguirla por medio de una selva de árboles. Completamente innecesario diría yo, además porque el nuevo espejito sale de mi bolsillo. Cada vez que uno tiene un grupo nuevo, empieza la batalla por el leopardo (y los leones en una medida un poco menor), es agotador. Hoy empieza una nueva para mí, ojalá dure poco.

Eso sí. Hay que ser justos. Ver a un leopardo cazando no tiene comparación. La tensión se respira en el aire. Poco a poco el leopardo avanza 30cm y sin hacer ningún ruido. Se esconde de la presa que poco se imagina que sus días van a acabar y de pronto ¡zas! Saltó el leopardo y se comió una vida. Es un momento adrenalínico ver la naturaleza en acción. Los leopardos son óptimos protagonistas. Mi problema no es el leopardo, son sus fans. No sean jamás uno de ellos.


sábado, 22 de diciembre de 2012

Welcome to Field


Después de 6 meses lo conseguí. Oficialmente soy una ranger en Sudáfrica y un Lodge sudafricano me quiere dar trabajo y quiere pasar conmigo el karma que es conseguir una visa de trabajo en este país. Todo comenzó oficialmente un día en que yo no tenía huéspedes aún y resultó ser que necesitan a un ranger extra. El head ranger me dio la mano y me dijo “welcome to field”. A echar teipe se ha dicho. Mis huéspedes accidentales fueron 6 niños entre 8 y 12 años de edad. Menos mal no fue nada grave, los niños se portaron increíble y me hicieron pasar un muy buen rato, haciéndome pensar que quizás no era tan difícil. Mi Tracker fue un shangaan de nombre Million y dentro de todo, a pesar de una barrera de lenguaje, nos llevamos muy bien. “I’m goin to speak to Allan, I want you to make ranger for me”. Esa fue la manera que tuvo Million de decirme que quería trabajar conmigo. Habría sido excelente pero el universo aún no me ha concedido esa gracia.
Y así fue. Días después me llegaron mis primeros huéspedes: una pareja de suizos (completamente sin sabor) y unos recién casados irlandeses (que se quedaron por 5 noches, demasiado). En este caso me asignaron un tracker llamado Juice. Con Juice siempre me había llevado bien así que quizás podríamos lograr algo útil.

Con mi land rover, mis balas y mi rifle, poco me imagine que mi primera experiencia como ranger oficial y contratada iba a ser tan horrifica y ulcerosa. Soy una persona perfeccionista por lo que detesto cometer errores, sobre todo cuando es por inexperiencia o falta de conocimiento.  Estuve expuesta a un montón de cosas nuevas a las que poco a poco he tenido que irme acostumbrando (rustiqueo bajo presión, seguir huellas de animales), pero sin duda la parte más difícil de todas ha sido aprender a trabajar con los trackers. Juice me hizo querer llorar todos los días (eso sí, primero muerta antes que hacer nada de eso en frente de mis huéspedes) de impotencia y arrechera. Más que nada hay una barrera cultural importante que no voy a lograr quebrar jamás: soy mujer y soy blanca, para él estoy muy abajo en la escala jerárquica.

Poco a poco las cosas han ido mejorando. Le he perdido un poco el pánico al radio y poco a poco he ido mandando a la mierda a los trackers. No he vuelto a trabajar con Juice desde que le dije al Head Ranger que más o menos me había caído a gritos en frente de los huéspedes por una malcriadez. Hay días que van mucho mejor que otros, hay días en los que me aburro, hay días en los que quiero cachetear por ser tan sensible a los sentimientos ajenos y dejar que tonterías me afecten tanto y hay días que son geniales y que tengo huéspedes que adoro.

¿Qué hace que todas las úlceras valgan la pena? Que hay ciertos días en los que tengo a los huéspedes correctos y tengo la oportunidad única de ver cosas así:



Hay días en que el Universo me recuerda qué tan afortunada soy.

Black Mamba.

Sensación de hormigueo en los dedos que se expande rápidamente por mi cuerpo, siento que hay miles de insectos moviéndose bajo mi piel. Empiezo a salivar sin poder controlarlo. Tengo calor, empiezo a sudar y después a chorrear. No me siento tan bien. El mundo me da vueltas. Tengo sueño. No puedo mantener mis ojos abiertos, se niegan. No logro mantenerme de pie. Es como si me hubiera tomado todo el alcohol del mundo. Horizonte ¡deja de moverte!. Me duele el pecho. ¿Tengo un elefante encima?. Creo que estoy alucinando. Tengo que estar alucinando. Estoy muy confundida. No sé que pasa. Mi cuerpo se siente muy pesado. No logro moverme. Hablar es muy difícil. Las palabras sólo salen lentamente. ¡Dolor!.  Todo mi cuerpo se engarrota. Respirar se vuelve cada vez más difícil.

El veneno neurotóxico de una mamba negra ataca el sistema nervioso, la mordida en sí no es dolorosa. Poco a poco la sinapsis deja de ocurrir y nuestros músculos –incluido el corazón- dejan de funcionar. Nuestro cuerpo deja de responder y la conciencia se nos va. De no ser trasladados a un hospital en pocos minutos, la vida se va.

Todo esto pasó por mi cabeza en quizás una fracción de segundo cuando tuve un encuentro muy cercano con la mamba negra más larga que he visto nunca.

En una mañana bastante fría, cuando nos paramos para el break de café del safari matutino, y siguiendo mi modo de ser como una chicharra, decidí ir a “usar” la sabana. De manera inconsciente, de acuerdo a como he aprendido aquí, caminaba con la mirada en alto, escaneando el horizonte, asegurándome que no hubieran leones, rinos o elefantes que quisieran venir a comerme. De repente, y sin motivo alguno, me detuve en seco y voltee la mirada y súbitamente vi al piso. Allí estaba. A menos de un metro de mí, la serpiente más malvada y rápida de África. Mi primer instinto fue decir: “OH SHIT”. Así en inglés, quién sabe por qué. En 2 segundos la mamba empezó a elevarse. Muy lentamente yo empecé a retroceder, a poner distancia entre ella y yo. Todos los ángeles de la guarda decidieron cuidarme y la mamba decidió que yo no estaba ahí para hacerle daño y decidió irse.

Cuando volví a donde mis huéspedes, una de ellos me preguntó: “I saw you stopped over there, what did you see?”. Mi respuesta mientras aún temblaba fue: “Just give me a second”. En ese instante todo el peso de la situación cayó sobre mis hombros. En ese mismo instante yo podría estar pidiéndole a mi tracker que me llevara al lodge porque tenía que ir al hospital por estar en peligro de muerte. Ese fue un encuentro cercano. Muy cercano.

Aprendí mi lección, ahora siempre me fijo en el piso también. No me gustan las mambas

(Gracias Google por la imagen)

Al árbol debemos..



Si los árboles quisieran, ellos podrían ser los líderes malvados del mundo. Es más, algún día el mundo se va a acabar y va a ser porque los árboles decidieron no calársela más. En mi nueva vida de asombro ante los árboles, ésta mi conclusión. No es para tomársela a la ligera, lo digo muy en serio. Su arma letal es el hecho de no poder moverse y vernos siempre, todos los días, en nuestras rutinas, sin jamás prestarles atención.

Crecen en todos lados, sobreviven más que las tortugas, se comunican entre ellos, tienen personalidades… La próxima vez que vean un árbol… recuerden que le deben solícito respeto, no como el himno que nos enseñan en el colegio que nos hace pensar en los árboles como seres frágiles, de pura decoración.

Si los impalas son los ninjas y las ranas los superman, los árboles son definitivamente los Einstein del mundo, no de África, del mundo. Los tambotis con su látex toxico (igual que los “inocentes” pinos de Navidad), emiten una substancia química a través de sus raíces que impide que cerca de ellos crezca cualquier otro tipo de vegetación que no sean tambotis (hablemos de racismo ¿no?). Los ledwoods son capaces de seguir erguidos centenares de años después de su muerte, las acacias con sus flores Floris que emiten feromonas para avisarle a otras acacias que hay peligro de jirafas hambrientas, Los Sausage trees que evolucionaron para que sus flores tuvieran un aroma a fruta para ser polinizados por murciélagos de fruta y no pequeños insectos. Los weeping wattles con hojas tan suaves que se usan como papel toilet.

Después de pasar 6 meses aprendiendo a reconocer diferentes árboles, para que sirven, cómo cambian con cada estación, cuáles son sus propiedades, soy más humilde ante cualquier tronco con hojas. De una semilla, tamaño pupucito, crecen árboles que permanecen ahí –si ningún impala se los come antes- durante siglos. SIGLOS. Durante siglos nos ven pasar, cometer errores y no dicen nada, sólo dan aire –hablemos de mártires y sacrificios ocultos.

Cómo verán, he desarrollado un amor increíble por los árboles. Los veo y necesito saber cuál es, qué se puede hacer con el, cuáles son las características principales y de qué color son sus flores. Los amo. Quiero tener un jardín gigante para tener un samán, un Lowveld Milkberry, una impala Lily, un Apple-leaf con sus mini flores moradas, un Baobab porque es el árbol de la vida, un Sauce Llorón porque es mi árbol favoritísimo, un Mopane Pomegranate y definitivamente un Araguaney al lado para comparar sus flores amarillas. ¡Oh el daño ecológico que pretendo tener por jardín!.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Historia de un suicidio.


Los seres humanos somos muy arrogantes. Nos encantan pensar que nadie siente tan profundamente como nosotros, que nada ni nadie es capaz de ingeniárselas como nosotros para sobrevivir y que nada ni nadie sino el homo sapiens sapiens es capaz de decidir poner fin a su miseria.

Pues bien, ésta es la historia de Gerry, un camaleón. Gerry nació como cualquier camaleón: de su mamá. Sólo al nacer, Gerry ya sabía que para sobrevivir era indispensable para él ir a comer saltamontes y mosquitos, y agarrarse bien con la cola y las patas de los árboles. Dejarse caer al piso es un asunto muy riesgoso que ocurrió sólo aquella vez que Melinda, el águila del área, estaba a dieta y quería merendarse algo pequeño.

Un día de resplandeciente verano, con la lluvia torrencial podrida de 3 días, ocurrió lo inesperado, con sus ojos que se movían independientemente el uno del otro, buscando una presa fácil, ambos quedaron fijos en una sexy camaleona bien camuflada detrás de unas flores de acacia. Gerry no podía creer los colores y quedó petrificado ante tal belleza, volviéndose una mezcla de colores pasteles. Pésimo camuflaje de emociones para la ironía de ser camaleón.

El amor de Gerry y Bernardette floreció la siguiente primavera y después de un época de lluvia torrencial que habría de traer mucha comida para sus futuros camaleoncitos con Bernardette – su camaleona- algo terrible ocurrió. Bernie fue devorada por un malévolo pájaro (Hitchcock tenia razón) de una manera brutal, tan brutal que no queremos hablar de ella. Gerry decidió entonces que el mundo era demasiado cruel para seguir aquí. Basta de cambiar de color por afuera cuando por dentro uno se siente monocromático, después de todo ¿para qué vivir sin amor?

Fue así que Gerry – quizás de ascendencia japonesa- decidió poner fin a su vida por medio de un harakiri. Una acacia y sus espinas presentaron la oportunidad perfecta. Se agarró del tronco, se despidió de éste mundo cruel, respiro profundo y se clavó la daga en el corazón de sangre fría. El sol no habría de calentar más sus escamas pero su recuerdo momificado permanecerá aquí mucho tiempo.

Adiós Gerry. Te extrañaremos!


Esa es mi versión. La realidad es un poco más aburrida.Todo depende del punto de vista, de dejar volar nuestra imaginación. El misterio de Gerry el camaleón, vivirá por siempre y aún cuando los motivos de su muerte son menos novelescos y más dramáticos (y seguro llevan a los ociosos a pensar que no tengo nada mejor que hacer que estar deprimida), yo prefiero soñar con historias y mantener el secreto. Después de todo, ésta versión es más interesante.

jueves, 18 de octubre de 2012

Feliz Aniversario.



Could you whisper in my ear the things you wanna feel? - pregunta una canción de las muñecas Goo Goo. Hoy me doy cuenta que jamás habría podido responder con exactitud. A veces, las cosas sólo pasan.

Hoy hace 2 años vine por primera vez a Sudáfrica. Dos años parece una eternidad. Siento que desde que he estado aquí he crecido mucho más que eso.  “Why did you decide to come South Africa?” – es la pregunta que más me hacen. Después de 2 años todavía no tengo una respuesta. Por qué Sudáfrica es algo que no logro explicarme, cómo terminé aquí fue cosa del destino. Yo no lo decidí, pasó. Hace 2 años vine por 2 meses a hacer de voluntaria en dos centros de rehabilitación de animales salvajes; siempre seré una veterinaria frustrada, me llevo mejor con los animales que con la gente, pues la gente tiende a decepcionarme. Hace 2 años conocí a Bobby, un rinoceronte que salvó y cambió mi vida como pocos saben. Hace 2 años fui por primera vez a Mohololo, lugar al que le entregué el 2011, mi corazón y mis úlceras. Hace 2 años mi vida dio un brinco radical.

Dos años después, mi pelo está el triple de largo, he llorado infinitamente, he pasado demasiadas horas en aviones, he vivido inolvidables aventuras, he hecho amigos únicos, he aprendido a apreciar lo que tengo. Dos años después sigo aquí, un poco más al sur, haciendo algo un poco diferente pero igual. Por qué no puedo irme de aquí  todavía, es simple: estar expuesta a la naturaleza todos los días me calma, me hace creer que existe una razón para las cosas que pasan. Estar aquí me mantiene en rumbo. Vivir esta vida un poco más aislada me deja ver con claridad las cosas que importan, me abre la mente, me hace un poco más irreverente a lo que la gente tiene, me hace creer sólo en lo que la gente hace. Aquí bailo a mi propio ritmo y la gente me respeta por ello.

A pesar de ser extremadamente rica en ciertos aspectos, todo tiene un precio. El precio que tengo que pagar por mi paz mental, mi capacidad de ser independiente, mi sentido de la aventura y la belleza de ver rinocerontes y elefantes cuando me provoque, es alto. Estoy al otro lado del océano de mi familia, a unas pocas 50 horas de distancia, Plaga y Nani no me despiertan por la mañana saltando en mi cama, perdí a la única persona que probablemente jamás pueda olvidar del todo, mi mejor amigo despareció por medio de un mensajito de blackberry, mi señal de celular es detestable, no veré nacer a mi primer sobrino, no puedo ir a los llanos con mis hermanos o tomar vino con Carlita, no puedo ir a Suka con Isabel, la playa me queda lejos, aquí no hay arepas ni plátano frito, aquí se habla en inglés y mi familia no viene a tomar café.

¿Ha valido la pena todo esto? 


Como dice Bob: the answer –my friend- is blowing in the wind.

Feliz aniversario África.

martes, 9 de octubre de 2012

Algún día.


“Ale, come. Please explain to me why it is so important for you guys to vote. You’re not going to change my mind, I’m just curious. I’ve never met someone like you”- dijo Jono, de 26 años de edad con quien trabajo. Jono no concibe por qué para mí es importante sobrevivir un viaje de 50 horas a mi tierra natal para votar por un presidente. Jono no cree en los procesos electorales, no cree en la política. A sus 26 años de edad, no está inscrito en el registro electoral, no desea estarlo y el único motivo por el que sabe quien gobierna, es porque su presidente monta shows igual que el nuestro. Jono no concibe cómo yo, a los 24 años, haya ejercido mi derecho al voto al menos en una 10 ocasiones. Jono no concibe como antes de venir a Sudáfrica, no tenía ningún problema en trabajar de voluntaria en centros de votación, centros de totalización, en llevar a otros miembros de mi familia a votar, en ir a marchar y en tragar bombas lacrimógenas por una causa que yo consideraba importante.

Jono no podrá entender nunca por qué en Venezuela se vive el voto tan apasionadamente. Yo jamás podré entender su indiferencia.  

Cualquier venezolano sabe de lo que hablo. Claudia cumplió 18 años éste año, y la primera pregunta fue: ¿y cuando te vas a inscribir en el REP?. En un país en el que la política dicta tu vida tan radicalmente, es difícil no dejarte envolver por ella. Es difícil a veces no detestarla, cuando te das cuenta que es un juego cínico de unos pocos que juega con las esperanzas de millones. No miles, millones. Porque al menos 6 millones esperábamos que los otros 7 millones se hubieran cansado también. Sin embargo, siete millones de venezolanos están contentos con sobrevivir y, porque ellos son mayoría, ellos dictan el ritmo del tambor. Pecamos por pensar que querrían más, pensamos que 14 años ya habían sido suficientes. Nos equivocamos. Otra vez nos equivocamos.

¿Lo que duele? Que por una fracción de segundo nos imaginamos cómo sería. Nos permitimos soñar, cuando bajábamos la guardia del subconsciente, lo que sería un país en donde las carreteras no tienen huecos. Un país en donde puedes salir de noche y saber que volverás a dormir en tu cama y no en la morgue. Un país en donde democracia es cambiar de presidente. Un país en donde el rojo es color de caramelo de piñata y no una ideología. Un país en donde familia significa un domingo por la tarde y no un pasaje transatlántico. Un país del que sentirnos orgullosos por reflejar el carácter de aquellos que todos los días se levantan y –dicho en criollo- le echan un cerro de bola. Un país en donde criar la próxima generación. Un país donde matrimonio significa futuro y no "papá ayúdame que no puedo". Nos pemitimos soñar con un país, donde querer permanecer, no es una locura.

Duele porque además, por sobre todo, nos atrevimos a soñar con un país en donde la gente convive y no sólo sobrevive.

El despertar vino como siempre: de noche, en la voz de alguien que ocupa una cómoda silla que dice CNE. Es de las voces que más detesto, no por su forma, sino porque en los últimos 14 años, todos los que han ocupado ese puesto, nos despiertan con un coñazo que nos quita el aire. El 7 de Octubre nos quitaron el aire 6 años más. El 2019 suena muy lejos.

Quizás haya un camino. Quizás haya esperanza. Hoy está todavía muy lejos de todos nosotros porque quizás 5000 días no han sido suficientes después de todo. Cuando estemos listos, creo firmemente que conseguiremos el camino y tendremos ese país que soñamos.

¿Ahora entiendes Jono?


jueves, 27 de septiembre de 2012

Interview drive.


Un hermoso lunes me informaron que el jueves habría de tener lugar mi “interview drive” o dicho en criollo, mi posible entrevista de trabajo. El catch: mis futuros jefes quieren entrevistarme en un safari a pesar de que jamás, jamás, jamás he sacado a nadie a hacer un safari 3 horas y ellos lo saben. Ninguno de los pajuos anteriores a mi ha tenido una “entrevista” que haya durado más de una hora. NINGUNO. Por si además fuera poco no solo tengo que conducir un safari de manera apropiada –le tengo pánico al radio- si no que además mis “huéspedes” son el Gerente General de la compañía y su esposa, Allan y su esposa, la gerente de un Lodge, el gerente del Lodge de lujo y el Head Ranger de aquí. Ah no pero claro, está fácil. Yo que además no sufro de ulceras, no casi me salió una nueva que comenzó a sangrar ahí mismo. Es más, probablemente para cuando lean esto, me habré muerto de la acidez.

Después de días de práctica llega el fatídico día. No me quiero enfrentarme a las termitas. No quiero ver a los 5 grandes. Pasé todo el día anterior rezando que amaneciera lluvioso, si amanece feo la mayoría de los animales se esconden y no me queda más que hablar de árboles, pájaros, insectos y demás. Me siento mucho más segura hablando de éstas cosas que hablando de elefantes, leones e impalas –especialmente que impalas. Dios me escuchó: no hay sol, parece que va a llover. Sigo rezando que el día no aclare.
Salimos en la mañana a manejar. Más millones de preguntas. Allan no deja de acribillarme. Siento que quiero llorar. No estaré lista para esto nunca. Roberto, Laura y Alberto se llevaron todos los genes de confianza y seguridad en sí mismo. Estúpidos.  A las 3pm tengo que tener todo listo. Carro lavado. Cooler box (con las bebidas) y hot box (con los snacks). Me tengo que partir el coco pensando de dónde voy a sacar ponchos por si a las.

Finalmente a las 330 de la tarde confirmo con el GG hora y sitio de partida. “You know what, we want the induction too, the full guest experience”.Además de esto añade de manera casual que ¿QUÉ COÑO ES EL INDUCTION? “BENRYYYYYY I NEED HELP”.Benry me explica rápidamente como es el asunto. Ah buena vaina. Tengo que explicar las medidas de seguridad del Lodge, donde queda, un poco de la historia, ver el mapa. No vale, chao pescao. No me quedará otra sino improvisar y echar teipe donde haga falta. Si hay algo que aprendemos los venezolanos es esto. Respirar profundo e inventar tratando de que parezca real. Para rematar tengo que pretender que toda esta gente que conozco, son completos extraños. Tengo que jugar un mongólico e idiota juego que son huéspedes, que jamás los he visto en mi vida. Me acuerdo y me arrecho. Qué estupidez.

Y son las 4. Hora de salir después de mi “inducción” y haber “conocido” a mis huéspedes. Echando teipe. Salimos en el carro.  Le informo a mis “desconocidos” que tengo otitis, no escucho bien. Sly es mi Tracker. Vemos un antílope. Digo 2 vainas y propongo seguir adelante para salir del Lodge como tal, vemos también una hiena y digo 2 tonterías sobre ella. Fuera del Lodge respiro profundo. Cómo diría Bibi: “Peter Pan, si estás ahí ayúdame”.  Manejo unos pocos metros. Tengo que hacerlo. Si no lo hago Allan capaz me para. La mejor defensa es el ataque.
Es así como mi primera parada son las benditas termitas. Ayuda. “I wanto to show you guys something very interesting we saw this morning. If you want you can jump out”. Así empieza mi entrevista. Sólo Allan y Gaby se bajan de la land rover. Allan me ayuda. Me hace más preguntas sobre las termitas. Menos mal creo que todo salió bien. No puedo hablar. Siento que me veo desde arriba. Trato de hacer contacto visual con cada una de las personas en esa Land Rover. El inglés se me atraviesa. Vamos, sólo 2 horas más.  Siguiente parada: Leopard Orchid. Syd me para, me pregunta qué es. ¡JA!, Los árboles y plantas son mis amigos y ellos me ayudan. Me luzco un poco con mi conocimiento puramente trivial sobre la orquídea y su relación simbiótica con el árbol en la que está ubicada.

Seguimos adelante.

Pocos minutos después, el gerente general, me sale con un “Are there any mammals in this reserve?”. “Of course, you’ve already seen 2 at the lodge remember?”. Su madre. Manejo pocos metros más y me paro. “You were asking me about mammals? Here’s the proof that elephants have been around”. Le muestro el árbol sin trono, que parece pelado como un cambur. Hablo un poco del árbol, de los elefantes y se oye un león rugiendo. “See? We even have lions here”.

Seguimos adelante.

Me preguntan por unos pájaros, digo que son y gracias al universo tengo info extra que compartir. Seguimos pocos metros. Me par en Hilda’s Rock – uno de los sition icónicos de aquí- hay kudus también. Hablemos de todo. Ojalá parezca armonioso. Continuamos. Veo 2 pajaros cerca pero no tengo ni idea de que son, miro descaradamente hacia el otro lado tratando de evadir cualquier pregunta sobre esos bichos que no sé qué son. Vemos un hornbill (especie de zazú). Hablo un poco de ellos. Me hace par de preguntas que no tengo idea. Siguiendo el código de ranger, admito no estar segura de mi respuesta pero formulo mi propia teoría.

En eso estamos cuando un puto leopardo decide rugir. Malparido. Doy media vuelta, termino metiendo a Allan en contra de una rama sin querer, vamos a buscar al leopardo. Menos mal la búsqueda se vuelve infructífera. Respiro. No quiero ver nada importante. Se hace tarde. Va hora y media. VAMOS. Falta sólo la mitad. En el camino vemos a los arrow marked babblers. Traté de habler de ellos y pasó lo mismo que en mi examen practico. La gente pensó que yo decía “rainforest their buns” en vez de “reinforce their bonds”. ¿De verdad? ¿Qué sería de mi vida sin estos momentos?. “Should we stop for drinks?” Bien. Nos paramos en uno de mis sitios favoritos. Un área abierta con un tamboti gigante en el medio –supe después que la suerte estuvo conmigo y que ésta elección me dio un par de puntos extra. Allan me pregunta por las semillas del tamboti, saco mis semillas especialmente guardadas que no había tenido oportunidad de usar.

“Bush bar is open”. Preparo mi primer irish coffe. Chocolate caliente para algunos, gin and tonics para otros. No he comido en 3 días y sol ver los snacks me da nauseas. Me obligo a tomarme un agua. Estoy tan en pánico que ni tengo ganas de hacer pipí. Vamos que yo puedo. No me puedo morir todavía. Se acaba el break. Continuemos con el safari nocturno.

Su madre. ”‰ ‰ @. Alguien consiguió un león. No puedo seguir ignorándolo. Me ahombro. Voy a responder a ese “sighting”. Te odio radio. Te detesto. “Can I take a standby one?”. Ahora a pretende que sé exactamente lo que estoy haciendo. Vamos a ver un león. Sólo voy a ir porque ellos quieren ver. Finalmente llegamos. Estamos ahí unos 10 minutos y el head ranger se quiere ir. “Famba kaya” me dice en shangaan. Música para mis oídos: vámonos a la casa. En el camino de vuelta sólo vemos un conejito. Me voy directo a la casa. Ya no puedo más. Quiero que ésta tortura se acabe. Empiezo a titiritar del frío. No puedo más.

Jono viene y me abraza. “How did it go?” Yo casi muerta respondo: “Please don’t stop hugging me, I need moral support”. Jono y Enock se ríen y me abrazan. Todos me pregunta como me fue en los siguientes días. Hasta mi amiga Vashti. Nuestro cariño se limita al diario greeting de “hola ¿como estás?”. Hasta ella me desea suerte.

“Get in the car, where going somehwere with no cameras”. Ay Dios. Cruzo los dedos, en ese acto infantil que por algún motivo me da fuerzas a los 24.  Allan me pregunta: “how do you feel it went”. “Honestly Al? I gave everything I had, I feel I need to get better at some practical things but I don’t think it could have gone any other way”.Mi feedback en general fue bueno. Tengo que trabajar en ciertas cosas prácticas pero esas no las aprendo sino en la vida real. Ellos lo saben. Ellos lo entienden. Ellos admitieron que la entrevista a la que me sometieron fue de las más jodidas que han hecho. “Im proud of you Allie”. No necesito más. La opinión que más me importa es la de las dos personas que están sentadas conmigo en el medio del estacionamiento, en el medio de la nada.

A las 8pm me fui a dormir. Más real sería decir que me desmayé. Al día siguiente tuve bizarros ataques de risa, alternados con ataques de migraña. Creo que eso es lo que llaman estrés.
Esa semana, en una noche de celebración que terminó muy mal para algunos – Allan finalmente me lo confesó: soy su preferida. “Allie, in 20 years I have never been more proud of anyone else. If there’s someone I want to succeed and have a nice life, it’s you”.

Una vez leí que África es así, indiferente a las grandes derrotas y a las grandes victorias. Ésta es mi más grande victoria aquí. No creo que él recuerde haberme dicho esto.  Y en ese momento, yo la tragué y sonreí, mi más grande victoria es que alguien me desee la felicidad en mi vida.

sábado, 22 de septiembre de 2012

El ataque del escorpión.



Después de haber sobrevivido a mi primer safari, las preparaciones para mi safari de entrevista continuaron. A mil. Súbitamente tuve que aprender todo lo que no sabia sobre las ardillas, las mangostas, otra vez las benditas termitas…

La mañana siguiente a mi safari del desastre manejábamos por un camino lleno de piedras cuando Allan sugiere que por qué no me paro aquí en mi entrevista para buscar un escorpión con mis huéspedes y hablar un poco de ellos. Es más “cool” así, los involucro en el asunto. Yo tengo mis reservas, no sé suficiente de escorpiones como para sentirme cómoda respondiendo preguntas sobre ellos. “I don’t know” es mi respuesta a la sugerencia. Allan lanza un capricho. “Fine we can try, show me how to catch one”. Con estas últimas palabras famosas nos decidimos a ir a levantar todas las piedras buscando escorpiones. Generalmente es algo muy fácil… ésta vez no. Gracias Murphy. Finalmente Sly consigue uno. “Go Allie, grab it”. Ajá y ¿cómo hago?. “Grab it by the tail”. Muy bien. A ahombrarse. Estos bichos multipatudos no son mi fuerte. Lo agarré por la cola! Bien!. Tenazas grandes, cola pequeña: no es venenoso. Lo agarro por la cola y empiezo a verlo. Wow que flexible como es capaz de enrollarse sobre sí mismo.

Ey.. está muy cerca de mis dedos.

AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH LET ME GO BASTARD!!! Fue todo lo que salió de mi boca cuando el desgraciado me pellizco entre la uña y el dedo. Le solté la cola y él se quedó guindando ahí todavía. Finalmente me dejó ir. Allan, Ash y Sly estaban sentados en el piso llorando de la risa.  Cuando finalmente se pasa el susto empiezo a reírme. Tan fuerte entre el susto y lo ridículo de la situación que empiezo a llorar de la risa.

La versión de Allan en el Lodge fue similar pero terminó en un adornado: “Allie froze like she does when she panicked and instead of putting it on her hand this thing pinced her. Her lip started shaking and she was crying. Hahahaha. Oh Allie, you’re worth your weight, this is gonna make me laugh for days”. Efectivamente, el episodio del escorpión es famoso ahora.

Lo que se les olvidó decirme cuando atrapas un escorpión es que en lo que lo agarras por la cola, lo tienes que poner sobre tu mano y taparlo con la otra para que no se estrese. Gracias. Detalles como estos hacen una mínima diferencia.

Dos días después decidimos que tenia que enfrentarme a mis demonios. Ninguna cucaracha con tenazas me va a ganar. Bring it on. Después de buscar 15 minutos bajo todas las piedras posibles conseguimos un pequeñín. Esta vez, armadas de largas pinzas, lo agarro. Pero cuando lo veo comento que siento que algo no está bien, que éste tiene cara de malo. Lo vemos y soltamos. Allan me dice: “Shit Allie, that was a Buthidae”. Buthidae siendo la familia de escorpiones con tenacitas pero venenos altamente peligroso. Esto es un chiste. No queda sino reírse.

Después de estas experiencias decidimos que era mejor para mi vida abortar la misión.  Me retiro de la vida de atrapa-escorpiones. Esto no es lo mío.


Mi primer safari.


Siempre he pensado que de tener un reality show 1-no necesitara guión, 2- tendría mucho éxito. Mi vida a veces resulta ser una tragicomedia, una serie de eventos absurdos e irreales que resultan cómicos por lo insólito. La gente se ríe y a mi me da gastritis. La expresión de “el pato Lucas y yo” tuvo que haber sido inspirada en mi forzosamente. Con la inminente amenaza de una posible entrevista de trabajo –generalmente duran una hora- Allan decidió que era el momento de torturarme y obligarme a aprender 94875689456 millones de cosas más y saber explicarlas, en inglés. El inglés se me dificulta últimamente, después de 4 semanas sin nadie que hable otra cosa, mi subconsciente se rebela y empiezo a pensar en 3 idiomas a la vez. El resultado: papiamento. Ahora no sólo tengo que saberme todo los usos medicinales de más de 50 árboles, si no que me tengo que enfrentar a mi peor enemigo: las termitas. Toda África es conocida por sus enormes termiteros, para los pobres diablos como yo que tenemos que aprender como se forman, qué hacen, cuál es el rol ecológico, cual es la estructura social, no son tan bonitas.. son un reto. Enorme. La verdad es que creo que me terminé metiendo sola en éste paquete al decidir querer saber como funcionaban. Cómo funcionan los termiteros NO será discutido en este post. Sólo sé que tengo que saber más y más y más. No se como hilar todo de manera armoniosa, como pasar de un tema a otro. Qué tan frecuente debo detenerme para hablar de algo que me parezca interesante..

Me desvié. Volvamos al tema. Al haberme obligado a aprender 84585546 millones de cosa, pues necesito saber ponerla en práctica y explicarlas. Una tarde, un jueves, salí con Sly a practicar. Las cosas iban bien. Sólo nosotros dos. Hablando de animales, árboles rotos, manejo, etc. De repente Sly recibe una llamada. Por su tono de voz y lo poco que entiendo de shangaan hay algo que no está bien. Después de colgar entiendo. Sly y yo tenemos que llevar a una gente que viene por el día en un drive. Mi primer safari. No estoy ni remotamente lista y me quiero morir. Vamos a chequear con Allan. Sí, efectivamente. Una cosa de ultimo minuto, 7 personas. Tenemos que buscarlos en la puerta en 1 hora. Sly es mi Tracker y no está feliz por como le hablaron. Sly está arrecho con la burocracia, cosa que no ayuda a mis nervios. El patos lucas y YO.

Jack me pregunta que cómo me siento. La verdad no siento nada. Éste es el tipo de cosas que siempre me pasan. No estoy lista y de todos modos tengo que enfrentarme al dragón, sin preaviso, sin saber como usar el radio. No tengo expectativas, solo espero no ser un desastre. Todo está listo. Tomo medio segundo para respirar profundo y tratar de complacer a los 7 ingleses en mi Land Rover. Creo que en algún momento empecé a temblar.

Mi primera parada: un termitero. Es ahora o nunca. Tengo que tratar de explicarlo y ¿qué mejor oportunidad que con gente que no va a saber si lo estoy diciendo bien o no? Mi explicación no fue tan terrible… lástima que después me di cuenta que les mostré un termitero que en realidad estaba muerto.
Proseguimos. Nos topamos con la manada de elefantes más grande que he visto en siglos. Estamos literalmente atrapados en el medio. Empiezo a hablar. Uso el radio por primera vez para informar que hay elefantes ahí para el que los quiera ver. Después de una hora vemos un elefante mínimo. No puede ni estar parado bien. Mi corazón se derrite para después congelarse en pánico cuando me avisan que dejé el radio pegado. Por los últimos 5 minutos todo el mundo oyó todo lo que he dicho. Ok. Me muero después. “·$$%$·&%$&. NI EL PATO LUCAS. Tengo que continuar. Sly me empuja para que vayamos a ver a los leones. Gracias. Más radio. Con cualquiera de los 5 grandes sólo se permiten 2 vehículos viendo al animal al mismo tiempo. Tengo que ponerme en cola. Hay todo un protocolo del que no estoy muy segura. Aleluya una gente me ayuda. Llego –usando la mocha del carro- a ver a los benditos leones. Ya casi ni respiro. Los ingleses están sobre la luna. Es la manada de leones grande que está por el área. Tienen cachorros. LA señora detrás de mí empieza a llorar. “This is wonderful” dice. A mi se me arruga un poco el corazón por ella. Que felicidad haber pasado por todo éste maní para que ella se sintiera así. Me encantaría poder llevar a mis abuelos a ver esto así.
Mis reflexiones no duran mucho porque de repente el león y una leona deciden “hacer” más cachorros a unos 3 metros de mi carro. Creo que la risa fue general ante tan inesperado show de la naturaleza. Finalmente es hora de irnos y nos paramos en medio de la sabana para estirar las piernas y tomarnos algo. El ambiente es de relax. La verdad que fui muy afortunada con esta gente. Un poco de suerte dentro de todo pues son gente fácil de complacer y muy dulces.

Al dejar a mis clientes, unos más rascaditos que otros, recibí besos y abrazos de todos. Todos están sumamente felices. Quieren mandarle una carta de felicitaciones al Lodge diciéndole cuanto me amaron. Uno de ellos me abrazó y me dijo “your parents must be very very proud of you”. Yo me reí, quién sabe cuantos años pensó que tenía. Al final del día tuve mi primera propina: R150.

Al llegar a la oficina: aplausos, gritos, well done Allieeee!! Abrazos… y sin falta: la joda. “Allie was so happy to drive she decided to share her drive with everyone”. Todo el mundo se muere de la risa. Yo me aguanto las lágrimas. Siento la adrenalina que baja. Creo que me he tardado tanto en escribir sobre este evento porque el sólo recuerdo me da dolor de estómago.  ¿Ven? Reality show.

Un par de amigos deciden que es hora de celebrar y me invitan un par de shots. Jaggermeister. Lo detesto.  Otros amigos me comentan que ellos también han dejado el radio pegado por largos períodos de tiempo. Un par de gin and tonics después nos damos cuenta. Hoy es 11 de septiembre. “You know what Allie? You took your first game drive on the unluckiest day of the year and your survived. Cheers, here’s to that” brindó Kyle.

Con una sonrisa en la cara, yo brindé por haber sobrevivido

viernes, 7 de septiembre de 2012

.375


Uno de los olores de mi infancia es la pólvora. No porque haya vivido en un campo de guerra –aunque ¿qué casa no lo es a veces?- si no porque viví con cazadores. Es uno de esos olores que inexplicablemente me transporta, me reconforta. Lo bueno de mi mundo actual, es que no es un olor que ha de asociarse necesariamente a la cacería. La filosofía de los safaris a pie es pasear por áreas naturales, viendo animales sin que ellos sepan que tu estés ahí. Es entrar y salir sin molestar a nadie. Los rifles entran en escena como una protección extra en caso de que algo vaya mal y las cosas se reduzcan a la vida del animal o la nuestra. Cosas como .375 y .458 son la mantequilla del pan de cada día.

Para ser ranger no sólo hay que saber de animales, hay que saber de armas de fuego y cuál es el tiro correcto capaz de salvarte en caso de que le apetezcas de cena a alguien. Hay que saber que se habla de rifles, no de pistolas o escopetas.  Hay que saber que significa .375 y .458, hay que saber que se dispara con balas específicas, balas diseñadas para mantener su velocidad y forma al momento de impacto, para poder llegar hasta los órganos vitales de animales de piel gruesa – como los elefantes - y hay que aprender que la patada del rifle, una vez que disparas, duele. Que jode. Hay que aprender a encararse bien el rifle, porque si me lo apoyo en la clavícula otra vez, voy a terminar rompiéndomela.

No le tengo miedo a las armas pero después de 3 días y un par de tiros con un .375 que me queda largo y que me encaré mal, tengo un morado en la clavícula –todos agradecemos que no se haya roto-, otro en el hombro y mil cachetadas de la culata. Nada como aprender a los coñazos -literalmente.

Finalmente, después de días de práctica, de querer creer que mis músculos de rifle han crecido por gracia divina, llega el día. El primer ejercicio es ser capaz de recargar el rifle con 3 cartuchos y encarárselo, todo en menos de 15 segundos y con los ojos vendados. El segundo ejercicio es disparar 3 tiros a 15, 10 y 5 metros en menos de 22 segundos, volver a recargar y apuntar. La primera vez me puse nerviosa y una bala se me cayó, por lo que perdí 5 puntos, lo hice todo en 17 segundos. Tiempo record que no ayudó suficiente porque mis puntos en los blancos no estaban muy bien. En el segundo intento no se me cayó nada pero lo hice todo en 16 segundos y no tuve suficientes puntos en los blancos, por lo que no calificaba sino para “Vehicle bound”, puedo ir  con un rifle en el carro, pero no a pie. Fok. Mañana intento de nuevo por suerte. Al día siguiente, todos esos ejercicios los pasé a la perfección. El siguiente ejercicio es el llamado “immediate action drill”, disparas 3 tiros a un blanco a 10m  pero uno de esos es un “misfire”: la bala es de mentira y simula una bala defectuosa que disparas y tienes q sacarla de tu rifle de manera segura, pero tu no sabes cual es porque es el examinador el que carga tu rifle. Una vez que te tropiezas con la bala que no funciona, disparas de nuevo y tienes que volver a cargar 3 balas en el rifle y apuntar todo en menos de 22 segundos. ¡Lo logré! Ahora, el ejercicio más temido de todos: el búfalo. Mucha gente se queda en este ejercicio. Es un peo. Son 2 blancos a 12 y 8 metros. Los blancos son imágenes de búfalos y necesitas 2 brain shots en menos de 8 segundos para pasar el ejercicio. En mi primer intento pelé un tiro (quedo un poco más afuera de lo que debía) pero disparé todo en 7 segundos. No me dan los puntos. Segundo intento. La primera vez todo en 7 segundos pero pésima puntería. En el segundo intento, me vino una inspiración divina de años oyendo a mi papá y a medida que subía el rifle decidí apuntarle a la mancha marrón clara que sabía que estaba dentro del área donde tenía que pegarle. Como dicen aquí: “in the pip bru!”. ¡Funcionó!. “Fuck YEAH” fue lo primero que pensé cuando vi donde había ido a parar mis tiros. 2 tiros perfectos, en el centro del centro. Siento que no puedo respirar. Allan se ríe de mí y trata de calmarme. No me puedo pelar en el próximo. Ni de vaina. Coño. Úlcera.

El último ejercicio es el famoso león. Simula un ataque de un león que se te viene encima (un blanco que te viene encima) al que tienes que “matar”, manteniendo el control de la situación y de tus huéspedes. Para matar un león además, tienes que arrodillarte y disparar así. Bien, jamás he ni practicado esto. Allan dice: “Allie do me a favor and pass this on the first try”. Bien, más presión. Allan me enseña el ejercicio y lo practicamos un par de veces –sin disparar-. Aquí voy.  Cuando disparé el león, mi cerebro registró en medio segundo que le había metido el tiro en todo el centro. Me volteo a mirar a Allan –coño tiene la cara muy seria, se me olvidó algo-. De repente, de la nada, Allan me lanza la sonrisa más grande y orgullosa del mundo y me da un abrazo “well done Allie”.  Ashleigh viene corriendo y me abraza. Me siento una estrella de rock. Wow. ¡Pasé!. Soy competente para matar un animal en caso de que necesite defender mi vida. Las ironías de vida. Tuki Ian, yo pasé y tú no. Finalmente una para el equipo de las niñas!. 

En 2 meses tengo que hacer lo mismo en el parque Kruger. Me da miedo haber pasado por cuestiona de suerte. Jamás he confiado en mis habilidades. Terror.

Pero ese día sólo disfruté mi victoria, secretamente todos estaban felices de que lo hubiera logrado.